Etiquetas
Mientras paseábamos la acera de la Gran Vía populosa, y fijándonos en el trasiego de gentes que tanto venían como iban, JLG me decía que en cada transeúnte hay un mundo diferente –en sus sentidos, su corazón, su cabeza. Y con tanto derecho a existir como para uno lo tiene el propio. Ese mundo que nos hacemos sin demasiado pensarlo: a fuerza de percibir, de sentir, de precisar o entregarnos. Hay también paseantes, por la vida, que tienen mundos propios que merecen ser expuestos, aprendidos –comprendidos: que bien merecen la pena. Filósofos todos ellos. Y así lo digo, cobijando en la palabra a todo aquel que hace un mundo con rigor y con coherencia. Tantos filósofos como universos creados, pero buscando encontrarse. Yo he visto en ellos un rasgo: un corazón diminuto que late en el centro del mundo que se organiza –articulando, y que irradia. Entre ellos, a Agustín García Calvo le escuché y leí que es un lenguaje musical y matemático la materia que nos hace. No diré yo tal como verdad asumida. Aunque sostengo que la música en palabras, su trabajo al interior y su poesía, dan su luz al pensamiento. Y a los hombres, una verdad en la vida.
©
jcabrecarbo dijo:
Sin duda Juan hay mucha verdad en lo que dices, Pero he descubierto que hay también un porcentaje muy alto, que hagan lo que hagan esta desprovisto de encanto de amor y de la gracia y riqueza que posee el buen artista. Hablo de los que en gran numero carecen de conciencia y de escrúpulos y les importa un bledo lo que sufren los demás. Hacen suyo » el fin justifica los medios» El fin son ellos y su bolsillo. los medios no importan, aunque sea a costa del sufrimiento.de los demas Salud y amor
Sitio web: Jordi Cabré
Me gustaMe gusta
Juan Gregorio dijo:
La maldad, la hay -amigo Jordi. Entonces, el ungüento cuando menos de la obra bien hecha. Un saludo.
Me gustaMe gusta