Pues no creo que haya bronca social, en España, por la retirada de la nueva ley del aborto que sin mucha convicción se proyectaba. No está la sociedad por esas lides. Ni mueve a provocación el tema, hacia estrategias de movilización y transmisión de ideologías –de movimientos de reciente asambleísmo. Una muestra, eso sí, de vacilación en el seno del gobierno. Pero, que sea una victoria del partido opositor –la primera, dice el líder Pedro Sánchez- ¡quiá! –aunque muestra, en su escasa trayectoria, su aptitud para suplir con ruidos la razón y el argumento. Contaminar el lenguaje con mentiras que provocan infinita una pereza –y que ahí quedan.

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